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INTENSIDAD Y DESASOSIEGO

CONTRACÓNICA DE RUBÉN SARRIÓN

Me imagino a los rivales tras la negativa racha navideña mallorquinista frotándose las manos entre pensamientos que este equipo se hundía y vueltos ahora los ojos tres semanas después con este 9 de 9 en cuanto a puntos se refiere, con la vista puesta en el horizonte más cercano con sus respectivas visitas a la isla. Empiezo a creer que el desasosiego se debe estar apoderando de sus voluntades.

Los veo en la previa de Vallecas calculadora en mano y vuelta a los suspiros en apenas 20 minutos donde el Mallorca con tres zarpazos mando el partido a guardar.

Los puedo incluso oír murmurando durante la segunda parte frente al Girona y esos murmullos en gritos ante el hombro imposible de Reina y silencio absoluto tras el slalom Maradoniano de Dani, el gol de Amath, otra vez desasosiego.

Y de la euforia al derrumbe cuando Alejandro Jiménez vio tan grande a Reina que tuvo que ajustar tanto su penalti que se fue al palo… lo dicho desasosiego.

El desasosiego en los rivales es proporcional a la intensidad con lo que juega el Mallorca, no solo es lo que provoca hacia dentro con su forma de ganar, esas sinergias intangibles sino lo que proyecta hacia fuera y ahí ya no queda casi discurso futbolístico donde agarrarse.

Y es que este Mallorca no sabe ganar tranquilamente, me explico, genera tal intensidad de sensaciones en sus partidos que parece que la vida va más rápido, el tiempo vuela. La primera parte la pasare por alto y me voy donde el tiempo corre tan deprisa.

Los 20 minutos iniciales del segundo tiempo del Mallorca fueron de tal intensidad que marco en ese minuto porque caía de maduro y si no hubiese sido ahí pudo ser antes o quizás un poco después, daba igual, estaba escrito que el Mallorca ganaba desde la expulsión de Gorosito.

Todos los problemas de la primera parte se fueron en un suspiro tan intenso que es hasta difícil de retener las imágenes, alcanzo a recordar a Sánchez tan profundo en “su” lateral como un cuchillo sobre un queso cremoso que fue lo que pareció el Albacete en esos momentos, ellos también sabían que el Mallorca iba a marcar, un Mboula vertical y habilidoso para salir de la marca que lo tenía encorsetado. Sevilla y Ruiz De Galarreta dirigiendo la orquesta afinando a un más sus pases moviendo de un lado a otro a velocidad de vértigo y si no recibían se filtraban entre líneas donde siempre encontraban notas en forma de combinaciones para su batuta. Hasta el míster fue intenso y de forma inesperada metió tres cambios de golpe. Salió Abdón, voluntarioso como siempre, aunque sin la magia de otros días, volverá se tomó un respiro. Entraron Cufré, Álvaro Giménez y Febas por Ruiz De Galarreta lastrado por el respeto que tiene el míster a los jugadores con tarjeta. Febas estaba en su salsa, el partido era más que apto para sus capacidades aparecía por todos lados desajustado aún más al rival y lo mejor aún sin desajustar a su equipo, Febas es una avispa.  Entre los cambios y el gol, Dani volvió a hacer de las suyas y estuvo a punto de firmar un golazo increíble.

Minuto 59, este gol define en muchos aspectos a los bermellones, intensidad para robar, contra y hasta cinco hombres dentro del área, suerte o no el balón tras intento de pase de Cufré a Dani reboto en este y cayo a Amath, pero podía haber caído a cualquiera de los otros cuatro, la pantera con un zarpazo sutil puso el 0-1.

A partir de aquí el Mallorca siguió con su recital de pases y un baño de intensidad, más faltas cometidas que el rival con una posesión absoluta hacen del Mallorca un equipo casi perfecto y el Alba que no podía ni tan siquiera intentarlo. Se pudo ver a otro de los nuevos, Mollejo en el rol de Amath. Faltaba el segundo gol, ya se sabe lo que pasa con estos partidos. Una pérdida de Álvaro y el balón le llega al Álvaro manchego y ahí Cufré nos quitó algunas de las dudas del porque no juega, se desentiende de la jugada permitiendo al delantero entrar en el aérea como en una acción de no querer hacer falta y no solo fue falta, sino que acabo en penalti. (discutible)

Minuto 88, nadie podía creerlo, un penalti para el empate, euforia en otras ciudades. El Mallorca había hecho un partido soberbio, muy completo ante un rival limitado técnicamente, pero con una estructura defensiva muy coherente, muy trabajada, haciendo de sus debilidades virtudes. Reina se hace grande, tiro ajustado, palo, alivio, suspiros en el jardín de Luis y, sobre todo, otra vez desasosiego.

 

 



Rubén Sarrión: Entrenador del Llubí.

Entrenador nacional de futbol desde el año 2012 (Nivel 3)

En los banquillos desde 1994 y en la actualidad entrenador del CDA Llubí de Regional Preferente.

Analista de Radio Esport en Radio Balear.

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